Por Néstor Rebecchi
Días atrás un amigo, con la malsana intención de provocar mi enojo, me envío un flyer que decía:
Programa de liderazgo educativo Inscripción a la 5° edición “Una formación innovadora en liderazgo y gestión para docentes y directivos” |
Asimismo se informaba que el programa era gratuito y que comenzaba el 4 de abril.
Y al pie indicaba el nombre de la institución que estaba a cargo del mismo: FUNDACIÓN MAURICIO MACRI
Con sorna, mi amigo me decía: te lo envío por si te querés anotar.
Me pareció un descaro. Pero si lo pensamos bien, a diario observamos acciones irrespetuosas de quienes integran Juntos por el Cambio y esta sería una más que, dado su volumen, entraría en el rango de las mentiras organizadas, que alguna vez nos cantó Miguel Cantilo. Un comentario al respecto: es para analizar que esa canción que fue compuesta hace más de 50 años, siga teniendo tanta vigencia.
Por otra parte, está dentro de la lógica de Mauricio Macri, quien busca hacer de cada aspecto de la vida un negocio. Precisamente hablar de liderazgo y gestión no es otra cosa que tratar de incorporar el lenguaje propio de los negocios a la educación.
La compañera Silvia Almazán, de SUTEBA, advertía en un artículo allá por el 2016:
Hoy, a nivel mundial, hay una disputa central por la educación pública: por trasladarla del campo de los derechos a la lógica del mercado. La educación mueve más de 5 billones de dólares. Esto la transforma -para la voracidad de las multinacionales y de las potencias hegemónicas que van en busca de maximizar sus ganancias- en un fenomenal negocio para el cual avanzan decididamente en políticas de privatización y de mercantilización de la educación.
Es interesante observar lo que la compañera nos decía en términos de estrategia para la concreción de los objetivos de los gobiernos neoliberales en educación.
Una primera cuestión que van a plantear, decía Almazán, es generar consenso social en torno de la supuesta crisis en la educación pública. Para esto, la estrategia central es montar una campaña sistemática de desprestigio.
Una segunda cuestión es la desvalorización constante del trabajo docente y de los trabajadores de la educación. En esto, se replican los argumentos centrales del documento del Banco Mundial. Argumentan que, si bien en Argentina y en América Latina se ha avanzado en la escolarización, el rendimiento académico de los estudiantes es mucho menor respecto de los de países centrales, y esto se debe a la baja cualificación de los docentes.
Una tercera cuestión que motorizan fuertemente las usinas del pensamiento educativo neoliberal es el desprestigio y el ninguneo de las organizaciones sindicales que nuclean a trabajadores de la educación.
Es para tener en cuenta uno de los párrafos con que cierra su escrito. Para Almazán en las iniciativas de los gobiernos neoliberales:
…el qué se enseña y el cómo se enseña en las escuelas públicas va quedando definido por el mercado, por los sectores empresariales, por las corporaciones multinacionales, que, por supuesto, van a definir en función de sus intereses, no de los intereses colectivos. Nosotros queremos un debate democrático, para que las políticas públicas expresen intereses colectivos. Lo público no es público solo porque sea gratuito y estatal; lo público remite a lo común, a lo que una sociedad construye como proyecto colectivo en el marco de una etapa histórica.
En el prefacio del libro La privatización Educativa en la Argentina, escrito en el que nos encontramos, entre otros, con artículos de Adriana Puiggros y Myriam Feldfeber, editado por CTERA en el 2018, se hace una distinción en los procesos de privatización:
Estas tendencias privatizadoras se expresan básicamente a través de dos tipos principales: 1) la privatización en la educación pública (endógena), a partir de la importación de ideas, métodos y prácticas del sector privado a fin de hacer que el sector público se asemeje cada vez más a una empresa y sea tan “eficiente” como ella; 2) la privatización de la educación pública (exógena), entendida como la apertura de los servicios de educación pública a la participación del sector privado, a través de modalidades basadas en el beneficio económico, y la utilización del sector privado en cuanto a la concepción, la gestión o la provisión de diferentes aspectos de la educación pública. Las tendencias hacia la mercantilización están produciendo un cambio fundamental al dejar de considerar a la educación como un derecho social y un bien público vinculada con la construcción del lazo social y la democratización, y pasar a considerarla como un bien privado que sirve a los intereses de las personas con mayor grado de educación, de los empresarios y de la economía.
Lo escabroso del tema hace que las corporaciones mediáticas no habiliten una discusión sobre el mismo teniendo en cuenta esta perspectiva para su análisis.
Por lo general la educación no tiene centralidad en la agenda política. Cuando se buscan transformaciones orientadas a garantizar el derecho social a la educación, se las bastardean utilizando chicanas de bajo vuelo. Tal fue el caso del proyecto de reforma del nivel secundario propuesto por el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires. Se hizo público en los círculos pervertidos de la desinformación organizada (parafraseando al ya citado Cantilo) al sólo efecto de generar las condiciones para que sea vituperado.
El día 9/2/23 en una nota a un medio, el Ministro de Educación de la Provincia de buenos Aires, Alberto Sileoni, dijo:
Intentamos pensar una secundaria distinta a partir de un consenso generalizado de que la secundaria debe cambiar y de que hay que ir abandonando la repitencia en el secundario. |
Al día siguiente, los integrantes de la Alianza Cambiemos utilizaron los medios para defenestrarlo. Nada les importó contradecir lo que sostuvieron cuando el Ministro de Educación era Esteban Bullrich, o las políticas que en la actualidad se aplican en CABA, con un flamante y novedoso Régimen académico, donde de primero a segundo año existe la promoción automática y directa, y además se le otorgó a las escuelas la capacidad de planificar una promoción acompañada cuando con más de dos asignaturas pendientes de aprobación les estudiantes no accedieron a la promoción directa.
Los argumentos suelen ser los mismos a los efectos de enlodar la discusión y criticar los intentos de transformación: con el populismo no hay premios y castigos, se promueve el facilismo… Debemos tener en cuenta que del otro lado de lo que llaman facilismo no está la verdad, está el dificilismo.
Las transformaciones del nivel secundario ameritan un mayor desarrollo que el esbozado en este escrito. Algunos medios no hegemónicos le están dando lugar a otras voces. Es interesante al respecto, el artículo de Gabriela Diker y Flavia Terigi “Sin repetir, y sin gritar”
Para el final: Oscar “Ringo” Bonavena
A mediados de febrero fui invitado por parte del colectivo de educadores del Isauro Arancibia para participar de un encuentro interno de organización del presente ciclo lectivo. Ese día me regalaron un libro editado en septiembre de 2022. Su título es Docentes y Estudiantes. Tras las huellas de Isauro Arancibia. Aportes a una pedagogía de la memoria.
En una lectura muy por encima del libro, que ya voy a leer con la merecida dedicación, me encontré con un comentario de uno de los boxeadores argentinos que más frases para reflexionar nos dejó. Me refiero a Oscar Natalio Bonavena. El escrito que lleva por título Cassius o los golpes de la vida, comienza con una frase dicha por Ringo:
“De tanto repetir casi me caso con la maestra” |
Bonavena siempre nos sacaba una sonrisa con sus ocurrencias. Lo triste es que abandonó la escuela en sexto grado y que su vida tuvo un final desgraciado.
Las políticas neoliberales ya las padecimos. Pudimos constatar que para sus ejecutores donde hay una necesidad no hay un derecho, sino un negocio.
En cuanto a las transformaciones necesarias para el nivel secundario hay mucho trabajo acumulado que amerita ser tenido en cuenta.
En ambos casos se hace necesario crear conciencia para una acción inmediata, tenemos que evitar que todo ese conocimiento adquirido por las circunstancias de haberlo vivido, al que llamamos experiencia, corra el riesgo de convertirse:
“en un peine que te dan cuando te quedás pelado” (Oscar Natalio “Ringo” Bonavena, dixit)