Sobre “Curas con los pies en la tierra. Una historia de la Iglesia en la Argentina contada desde abajo”, editorial Sudamericana 2016, de María Elena Barral.
María Elena Barral es historiadora, historiadora de las que valen (con títulos y todo, para ser precisos). Se ha dedicado, especialmente, a la historia argentina.
Siendo que conoce abundantemente temas históricos y ha investigado, también, elementos religiosos en la historia, a lo que – sospecho – ha de añadirse la más que justificada admiración por el cura Pepe Piguillem, emprendió una serie de narraciones (10, para ser precisos) de curas en momentos concretos de la historia, desde 1782 a nuestros días. Curas unitarios y curas federales, curas peronistas y antiperonistas María elena se sumerge en los personajes (o colectivos, en algunos casos). Como corresponde a un trabajo serio (como el que ella emprende) no se limita a una mera presentación de los personajes. Sabe bien que los contextos históricos, políticos, eclesiásticos, sociales forman parte integral de un todo en el cual dichos sujetos actúan.
Sería difícil destacar elementos propios de cada uno de ellos. Sólo mencionémoslos:
- Fernando Quiroga y Taboada, de Gualeguay (Entre Ríos; 1782). Conflictivo, logró expulsar un juez y un alcalde (se consideraba con autoridad para poner y deponer autoridades), para luego ser él expulsado por el gobernador y finalmente dirigirse al Alto Perú.
Juan Francisco de Castro - Juan Francisco de Castro y Careaga (1784) fue sometido eclesiásticamente a una consulta en Pilar por su conducta y malos tratos a la población. Toda esta consulta con adversarios y favorables permite ver cómo se va configurando la cultura católica de aquellos tiempos.
- Julián Navarro (de Rosario a la Cordillera, 1810) empezó su ministerio en Rosario de los Arroyos tomando posturas muy críticas frente al alcalde, responsable de los abusos en los precios de los alimentos, por ejemplo. Participó activamente en los conflictos en torno al Primer Triunvirato y las tensiones entre Saavedra y Moreno, y finalmente acompañará a San Martín en el ejército de los Andes. Ya en Chile fue incluso diputado nacional y compartió momentos con Sarmiento y Mitre, además de una buena relación con Pueyrredón. Fue contrario a Urquiza en Caseros y finalmente sepultado en Chile.
- Julián Faramiñán (Luján 1828) tomó posición entre el partido del Orden (Rivadavia) y el Partido Pulular del “padre de los pobres” Dorrego, especialmente a partir de conflictos suscitados en “La Guardia de Luján” con el juez de Paz (la máxima autoridad del lugar). El cura fue acusado de ser el “principal corifeo del complot” por lo que es destituido por aquel; las acusaciones, además de los malos tratos, incluyeron amplias denuncias sobre su moral sexual. A la vez que el cura acusaba a las autoridades de especulación y manejo económicos, no era diferente su actitud en los aranceles sacramentales. Aliado con las fuerzas de Lavalle respondía desde el púlpito y la prensa escrita. Por el contrario, en Chascomús, otro cura Francisco de Paula Robles tomó claro partido por las fuerzas de Dorrego alentando la resistencia y apoyando a Rosas. Varios curas, en aquellos tiempos tomaron partido por uno u otro sector.
- José Gabriel Brochero (Traslasierra, Córdoba, 1869). Ciertamente uno de los curas más conocidos de toda esta obra, fue reconocido como santo por la Iglesia Católica Romana después de la publicación de esta obra (16 de octubre de 2016). Su importantísimo trabajo pastoral y social con claras implicancias políticas es ampliamente sabido: desde evangelización masiva de los sectores más empobrecidos, hasta la concreción de escuelas, caminos, acequias y la pelea por un ramal del tren. Su apoyo a las políticas liberales contra los conservadores, como era frecuente en ambientes eclesiásticos fue uno de los motivos que demoró el proceso de beatificación del cura.
José Gabriel Bochero - Jorge María Salvaire (Luján 1890). Nacido en Francia en 1847 fue destinado a la Argentina por la congregación de los Vicentinos (por San Vicente de Paúl) trabajó intensamente por la modificación del viejo santuario de la Virgen de Luján. Trabajó intensamente con los indígenas ligados a Calfulcurá, Namuncurá y Catriel que incluso lo defendieron de otros jefes que lo acusaban de brujo y espía del gobierno. Publica un libro sobre la historia de la Virgen, pero luego finalmente ser párroco dedicado intensamente a la construcción de la actual basílica.
- Curas al servicio de la realidad social (1924), Migrando de Bélgica, Jules Steverlynck funda la algodonera Flandria, en el contexto de lo que se llamó la “cuestión social” en el que la Iglesia, desde León XIII se había decidió a comprometerse con los trabajadores. La influencia de la Acción Católica y la Asociación de Empresarios Católicos Belgas (Cardijn) ligándose a católicos nacionalistas como Franceschi, Derisi y Filippo que inspiraron su empresa. Alentó la formación de pueblos en torno a la empresa en la que los trabajadores pudieran, a su vez tener recreación y cultura y, por supuesto, una capilla. Con conflictos, Jules pretendió inspirarse en la encíclica Rerum Novarum; la empresa que cerró sus puertas en 1996 fue reconfigurada y la ciudad recuperó su vitalidad desde 2003 con la inauguración de la misma por Néstor Kirchner.
Julio Stevenlynck - Curas peronistas y antiperonistas (Tucumán y Buenos Aires 1952). El caso de Hernán Benítez, cercano a Evita resulta altamente reconocido. En cambio, en Tucumán, a la vez de muchísimas escenas de dolor, y con celebraciones religiosas disímiles y variadas hubo también curas que se negaron a las celebraciones (en Famaillá, por ejemplo), todo lo contrario de lo que hizo el cura de Monteros. La situación de los ingenios y sus autoridades influyó notablemente en esto. En ambos casos tuvo que intervenir la autoridad eclesiástica y, en ambos casos, una parte de la población pedía sus traslados. En este contexto puede comprenderse una parte del “Cristo Vence” de los aviones antiperonistas y la quema de las iglesias en reacción a esto pocos años después. El nombramiento de Hernán Benítez en la – luego parroquia – en el barrio Saavedra sobre la Avenida General Paz fue llamado “el templo justicialista”. En todos estos casos, las relaciones con la jerarquía eclesiástica terminaron de mala manera.
Hernán Benítez-Evita - Pepe Piguillem (Moreno 1976). Probablemente sean pocos los adultos en el municipio de Moreno que ignoren quien fue el padre Pepe. El texto comienza con una anécdota fundacional. Pepe había fundado decenas de comunidades en su radio parroquial. A todas las visitaba en su bicicleta. Una noche, de agosto de 1976 volvía a su casa y un conscripto le impidió el paso: “estamos en un procedimiento buscando a un cura”, le dijo. Obviamente no lo reconoció. Obviamente, de allí “pedaleé como nunca en mi vida” repetía después Pepe que se dirigió al obispado. Partícipe en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y luego de los curas en opción por los pobres. Se dirigió al exilio del que regresó en 1980 volviendo a su misma parroquia y donde cumplió sus 50 años de cura.
- Grupo de curas en opción por los pobres (1986). Como herencia del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, desde 1986 viejos curas MSTM y otros nuevos comenzaron sus reuniones que, desde entonces realizan anualmente. Con diferentes documentos y mensajes a la sociedad ha pretendido acompañar los distintos momentos y situaciones que a su entender requieren una palabra cristiana y militante.
Cristina con los curas de opción por los pobres
Este libro “pone el foco en uno de los actores del mundo eclesiástico – los curas – para analizar de qué manera se relacionaron con la política” (p. 281) mostrándolo en las “intervenciones políticas menos conocidas” (p.289).